La existencia de basura espacial en las órbitas próximas a la Tierra es un problema conocido por todos los organismos internacionales. ¿Por qué es tan peligrosa?
Desde el lanzamiento del primer satélite en la década de los 50 (Sputnik 1, enviado por la Unión Soviética), el número de satélites y objetos artificiales puestos en órbita no ha hecho más que aumentar a un ritmo exponencial. Algunos cuentan con una mayor envergadura, como la Estación Espacial Internacional; otros, en cambio, presentan un tamaño más reducido, como el satélite Jason 3 (recientemente desplegado por SpaceX).
Todos estos satélites y objetos artificiales han permitido un avance científico sin precedentes, facilitando la exploración de otros planetas y proporcionando un conocimiento más exacto del planeta en el que vivimos. Los beneficios son, por lo tanto, incuestionables.
No obstante, todos los satélites y objetos artificiales situados en las órbitas más próximas a la Tierra tienen una fecha de caducidad. Una fecha que certifica el momento en el que no continuarán prestando servicio a la empresa u organismo internacional encargado de mantenerlo en órbita. Cuando ese momento llega, los sistemas de comunicación y control simplemente se desconectan y se obvia su presencia en el espacio para futuras investigaciones.Esta mecánica, aplicada durante años en la exploración espacial, ha dejado alrededor de la Tierra numerosos restos de cohetes, satélites y otros objetos artificiales diseñados para la exploración espacial. Unos restos que, en el futuro, pueden suponer un gran problema.
Ya en 2013, la NASA anunció la presencia de más de un millón …