Las razones que llevaron a Bezos a fundar Amazon en Seattle tienen mucho que ver con su visión estratégica a largo plazo.
Jeff Bezos es el ejemplo del hombre hecho a sí mismo. Debería ser el valuarte de Silicon Valley, excepto porque su empresa no está en Silicon Valley, no ha nacido en Silicon Valley y no tiene nada que ver con el centro de innovación más famoso del mundo. Tampoco con constituir la empresa en un estado de baja presión fiscal. Amazon nació en otra de las ciudades que ha visto crecer a la compañía de software más grande del mundo: Microsoft.
A mediados de los 90s, cuando Bezos decidió poner en marcha su imperio, siendo por aquel entonces un empleado en Wall Street, no puso su punto de mira en Silicon Valley, que ya era el centro del talento e incubadora de las que a medio plazo serían las tecnológicas más grandes del mundo.
De cierta forma, el valle hubiera sido el sitio ideal para una compañía como Amazon, que ante de distribuir libros era, de facto, una compañía de software. Y desde el principio fue su ventaja competitiva con la que combatir a una recién estrenada en la red Barnes & Noble, que contaba con el Know How de la industria de la distribución y venta de libros y con una de las marcas del sector más importantes del mundo. Pero Bezos eligió Seattle.
En cierta manera, para una persona como Bezos que lo ha controlado todo al milímetro, Seattle era …