Desde hace poco más de un mes ya tenemos disponible la nueva generación del Mac Pro, el ordenador de gama alta - altísima - de Apple, cuya historia es muy interesante. Pasaron de ser aquellas estaciones de trabajo grises llamada PowerMacintosh a un nuevo concepto llamado PowerMac que heredó el concepto iMac: aquellas cajas que pasaban desapercibidas en los despachos profesionales ahora eran translucidas y con un diseño que no pasaba desapercibido.

En medio de la vida de estas máquinas, llegó la transición de PowerPC a Intel: el propio Steve Jobs enseñó al mundo el primer PowerMac con arquitectura x86 - renombrado a Mac Pro - demostrando que la empresa y el ecosistema estaban preparados. Y hubo otro cambio de diseño: un cilindro que por primera vez varió el factor forma y que trajo muchos quebraderos de cabeza a Apple y a usuarios por su complicadas posibilidades de ampliación.

Rehaciendo una generación: un Mac Pro sin límites

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La compañía tenía muy claro que había que dar un cambio de rumbo y prometió una nueva generación de ordenadores profesionales para satisfacer las necesidades cambiantes de la industria. Mientras tanto, fue lanzado el iMac Pro, que prácticamente era un Mac Pro de la época bajo la pantalla de un iMac - y que ganó tanta popularidad que la marca probablemente lo mantenga en catálogo como la gama "Pro" de escritorio para quienes no necesiten la tremenda potencia de las nuevas máquinas presentadas …