Todos conocemos la fábula de Pedro y el lobo, aquel chico que fingía la llegada de un ejemplar enorme a su aldea para comerse a las ovejas de todos los vecinos. Tras gastar esta broma varias veces, los habitantes acabaron por no prestarle atención cuando de verdad vino el lobo. Nadie le hizo caso y este depredador devoró los rebaños del pueblo. Curiosamente, en algunas variantes de la fábula, el lobo se come a Pedro.
En los últimos meses hemos asistido a una variante moderna de esta fábula de Esopo. Una en la que teníamos a las cifras de venta del iPhone X como protagonistas. Y a los analistas y medios especializados como nuestro particular Pedro, que no paraba de diseminar malas noticias para el terminal de Apple entre un público asustado (o entusiasmado, según se mire).
Y todas y cada una de las veces, las malas noticias acabaron siendo mentira.
Cuando los analistas gritaron "¡Que viene el lobo!"
Los analistas financieros y diversos medios especializados llevan gritando "¡Que viene el lobo!" en referencia a una debacle del negocio de Apple durante años. Nada nuevo bajo el sol. Lo que sí ha cambiado es el enfoque de la catástrofe. Desde el lanzamiento del iPhone X, este modelo se ha convertido en el chivo expiatorio favorito por su elevado precio de venta:
Aumenta el nerviosismo en Apple debido a una demanda de smartphones que se desinfla: este artículo de Bloomberg fue el que desencadenó una de las últimas …