Con esta película, el director virginiano Scott Cooper nos entrega su mejor obra hasta el momento, y Johnny Depp, su interpretación más lograda de, al menos, los últimos doce años. No está mal para Black Mass.James “Whitey” Bulger fue un gángster real que se aprovechó de sus vínculos con la alta política estadounidense y las fuerzas del orden federales y que, así, tuvo a la ciudad de Boston en un puño durante los años 80 del siglo pasado. Con este currículo, no es de extrañar que los periodistas Dick Lehr y Gerard O’Neill decidieran escribir un libro sobre él, Black Mass: The True Story of an Unholy Alliance Between the FBI and the Irish Mob, ni que a Scott Cooper le diera por adaptarlo a la gran pantalla.
No sólo se trata de una historia tan cinematográfica que bien podría haberse encargado de ella el bueno de Martin Scorsese —quien gusta de rodar filmes sobre mafiosos (Goodfellas, 1990, Casino, 1995), como es bien sabido—, sino que, además, le ha dado a Cooper la oportunidad de incidir en los asuntos de los que ha dejado claro que le interesa brindarnos su visión al respecto en sus dos primeras películas, la sobria y conmovedora Crazy Heart (2009) y, sobre todo, la respetabilísima Out of a Furnace (2013), a saber, las relaciones familiares, la lealtad y la violencia.El relato del ascenso de Whitey se nos cuenta por medio de largos flashbacks con breves interludios reveladores muy agradecidos, una cámara serena pero siempre atenta, …