Aunque hay tecnologías más prometedoras, las baterías de litio y sus derivados aún tienen mucho que decir, porque, sobre todo, son una realidad con muchos años dando buenos resultados en el mercado. Analizamos cómo puede mejorar sin cambiar radicalmente.
Hablar en 2016 del litio como un material del futuro no es algo novedoso ni emocionante. En ese sentido, el hidrógeno o el grafeno son reyes de la expectación y de las buenas noticias. La diferencia entre los últimos y el litio es que, desde hace mucho tiempo, se utiliza y comercializa para baterías de todo tipo de forma masiva, mientras que, de momento, los otros sólo quedan en promesa por diversos factores, como los elevados costes o la imposibilidad de producir a gran escala.
Por ello, pese a ser denostado con frecuencia, la tecnología empleada de baterías de litio continúa siendo lo más palpable, más allá de promesas. Una serie de mejoras no le vendrían mal para exprimir sus posibilidades. Repasemos cuáles podrían ser.
Carga rápidaRespecto a los tiempos de carga hemos visto grandes avances en los últimos años, englobados bajo lo que en smartphones conocemos por carga rápida. Mediantes unas variaciones en el voltaje, se consigue que, al menos durante un tramo grande, la velocidad de carga aumente considerablemente. Sin embargo, según sugieren distintas investigaciones, sólo ha sido el principio. Hace unos meses vimos cómo, con la integración de un chip, se prometía que las baterías podrían cargar en 10 minutos.
Otros proyectos eran más optimistas y hablaban de cargas hasta el …