Estamos a pocos meses de presenciar el final de Windows 10, y Microsoft tiene un gran problema, ya que se enfrenta a ver millones de dispositivos sin soporte, con los problemas de seguridad que ello conlleva. Y es que todavía hay mucha gente reticente a actualizar a Windows 11, ya sea por no tener compatibilidad o simplemente porque no les agrada la nueva arquitectura del software.
Obviamente hay alternativas. Son varias las opciones que hay encima de la mesa ahora mismo para no tener que pasar a Windows 11 de manera forzada, como por ejemplo utilizar ChromeOS Flex. Pero también hay movimientos que ya apuntan a la posibilidad de instalar Linux. Una forma muy interesante de darle un impulso a su cuota de mercado.
Una campaña que deja mucho que desear
La última campaña iniciada es de KDE, a la que han llamado "W10 para exiliados", para alentar a los usuarios a abandonar los planes de pasarse a Windows 11 y dar el salto a una distribución de Linux antes del fin de soporte de Windows 10.
El objetivo de KDE es llevar Plasma al mayor número de usuarios posible. Pero no han usado la mejor estrategia. Su campaña comete diferentes imprecisiones que dejan ver un tono alarmista, sobredramático y enmarcado en una auténtica ola anti-Windows, que no busca realmente promover los beneficios de usar un sistema operativo de código abierto.
Esta campaña comienza hablando de que los ordenadores más antiguos son auténticas 'tostadoras', …