En los últimos meses, Intel ha estado en el centro de una tormenta de críticas debido a problemas de estabilidad en sus procesadores de gama alta de 13ª y 14ª generación (los Core i9-13900K y Core i9-14900K). Tanto usuarios como desarrolladores de juegos han denunciado en este tiempo numerosas incidencias, lo que ha llevado a un creciente descontento sobre la fiabilidad de estos chips.
Y, a pesar de que Intel ha lanzado en este tiempo varias actualizaciones de BIOS para abordar estos problemas, la situación parece estar empeorando.
Los problemas surgen e Intel 'responde'
Las primeras señales de problemas con los procesadores de 13ª y 14ª generación comenzaron a surgir a finales del año pasado, cuando los primeros usuarios informaron de haber sufrido frecuentes bloqueos en juegos como 'Tekken 8' y otros títulos desarrollados con Unreal Engine.
Estos informes llevaron a Intel a trabajar con fabricantes de placas base para lanzar el 'Intel Baseline Profile', una configuración de BIOS destinada a mejorar la estabilidad... que, sin embargo, terminó empeorando el rendimiento de los chips en un 9% de los casos, según pruebas independientes.
El problema ganó más notoriedad cuando el canal de YouTube Level1Techs publicó un vídeo detallando una serie de errores y bloqueos asociados con estos procesadores. Según datos obtenidos de desarrolladores de juegos, el 90% de los errores de descompresión en los registros de fallos provenían de sistemas que utilizaban los Core i9-13900K y Core i9-14900K.
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