¿Fue realmente un verdadero intento de redimirse que creara los Premios Nobel el empresario sueco que les dio nombre y dotación? No está tan claro.
El deseo de redención puede llegar a ser en ocasiones un motor vital para aquellos cuya trayectoria tiene más sombras que luces o una sola oscuridad insondable. Esto parece que ocurre tanto en la vida real como en las ficciones literarias y cinematográficas, y una de las historias verídicas que casi todo el mundo cree que se trató de un caso de redención fue la de Alfred Nobel, empresario sueco que instituyó el fondo económico con que están dotados los archiconocidos premios que llevan su nombre. Pero no está tan claro que fuese exactamente así.
La fortuna de un fabricante de armamento y explosivos
Habiendo llegado al mundo en octubre de 1833, es indiscutible que Nobel fue un hombre instruido; era ingeniero, químico, inventor con 355 patentes en su haber, había sido educado en ciencias naturales y en humanidades, hablaba con fluidez cuatro idiomas y era un lector habitual que se atrevió a componer poesía en lengua inglesa que fue considerada una blasfemia escandalosa, motivo este último por el que a algunos podría caernos francamente bien.Una explosión en una fábrica de explosivos de Stockholm en 1864 mató a cinco personas, incluyendo al hermano pequeño de Alfred Nobel
Su interés por los explosivos data de su juventud, cuyos principios aprendió de su padre, Immanuel, también ingeniero con inventiva. En 1850 conoció a Ascanio Sobrero en París, que había inventado la …