Muchas personas e incluso grandes medios de comunicación confunden los linchamientos con la justicia popular. Hay que sacarles de su error.
Llevar a cabo un linchamiento es que una multitud dé muerte a alguien que ha cometido un simple delito o incluso un crimen, o es sospechoso de ello, de una forma tumultuosa y sin el proceso legal correspondiente en los tribunales de justicia ni la intervención de la burocracia del Estado de ninguna manera. Suele producirse espontáneamente como una reacción colérica ante el delito, pero también los hay motivados por política, religión, racismo y hasta acusaciones falsas por intereses oscuros. Pero en modo alguno se puede considerar que un linchamiento es justicia popular o comunitaria, y ahora vamos a ver por qué.
Lo que sí es justicia popular
La justicia popular se ampara en el derecho consuetudinario, es decir, en lo que se ha convertido en norma por los usos y costumbres de una comunidad concreta. Mediante su aplicación se castigan los comportamientos que se consideran delictivos, y por tanto reprobables, sin que intervenga el Estado, con sus magistrados y sus burócratas: se realiza directamente, dentro de la misma comunidad que ha asumido a determinados miembro suyos como autoridades naturales, quienes ejercen de mediadores entre las dos partes en conflicto.La carencia de leyes escritas en la justicia comunitaria no la libran de la arbitrariedad en los veredictos
Las decisiones no se toman por mayorías sino por consenso, y como se trata de un sistema de autogestión, pues su funcionamiento es intracomunitario y no …