Millones de personas en España viven sobre un suelo que lentamente se hunde sin que casi nadie lo note. Lo que parece un simple dato geológico se está convirtiendo en una amenaza real para viviendas, carreteras e infraestructuras. Un nuevo mapa revela qué regiones están más comprometidas y por qué esta situación podría empeorar si no se toman medidas urgentes.