En 1947, cuando recién empezaba la Guerra Fría, científicos estadounidenses realizaron experimentos para averiguar cómo hacen los gatos para caer siempre de pie. Esta investigación no solo sirvió para descubrir que los mininos son acróbatas expertos, también fue de gran ayuda para los astronautas en la carrera espacial que se desarrollaría en años posteriores.
Uno de estos experimentos quedó documentado en una película del Laboratorio de Investigación Médica Aeroespacial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos —una de las divisiones precursoras de la NASA—. El procedimiento consistió en someter a un par de gatos en condiciones de microgravedad para ver qué pasaba con su capacidad para caer de pie.
El experimento en microgravedad
De acuerdo con Gizmodo, se realizó una serie de pruebas con dos gatos a bordo de un vuelo parabólico, el cual podía simular condiciones parecidas a la ingravidez. Cuando el avión de investigación Convair C-131 Samaritan superaba los 4.5 kilómetros de altura, los pilotos inclinaban la nariz de los mininos hacia arriba en un ángulo de 35 grados. Luego iniciaban el ascenso hasta estabilizarse, lo que resultaba en 15 segundos de microgravedad.
Según datos recopilados por RT, los felinos son capaces de reconocer rápidamente entre arriba y abajo gracias a su prodigioso sistema vestibular. Esto les permite identificar dónde está el suelo y girar rápidamente para caer de pie. Sin embargo, al encontrarse en condiciones de microgravedad, los reflejos automáticos de los gatos se perdieron casi por completo …