Hace unos días, Google asombró al mundo con una nueva inteligencia artificial de su sistema DeepMind que era capaz de «aprender» sin la necesidad de un entrenador humano. Esta tecnología que podría parecer rescatada por Marty McFly desde el futuro tiene más antigüedad de lo que parece.
En los últimos años se ha avanzado mucho en la aplicación de nuevos modelos de aprendizaje automático que, en fases más avanzadas, intenta replicar el funcionamiento del cerebro humano. Precisamente, uno de los campos que más interés despierta es la capacidad de «automodificación» de un sistema por sí mismo gracias a los llamados algoritmos genéticos. No se trata de un área abstracta en ciernes de ver la luz algún día, es otra de las múltiples metodologías que tras mucho ser probada ha alcanzado otro nivel.
La inteligencia artificial no es un tema de hace unos pocos años, arrancó en los años cuarenta. Los sistemas de aprendizaje de las máquinas -«machine learning», en inglés- hicieron aparición, en realidad, a mediados de los sesenta, una época de cambio y de innovación social. «Las grandes revoluciones en inteligencia artificial fueron entre los 60 y los 80», explica a ABC Javier Sánchez, profesor especializado en Inteligencia Artificial de la Universidad Europea. «No es que no se hayan hecho avances, sino que aprovechando los que se hicieron hace tiempo» ahora con la tecnología actual se puede exprimir mucho más, gracias a la «capacidad de red, de procesamiento y de almacenamiento», añade.
«No es que no se hayan …