Hoy en día, toda la tecnología de inteligencia artificial de que disponemos, incluso los ejemplos más novedosos y sorprendentes, entra en la categoría de 'inteligencia artificial débil': formas de IA hiperespecializadas en un determinada tarea, en la que incluso pueden llegar a superar al ser humano, pero que no son capaces de ir más allá.
Sí, ChatGPT es capaz de responder preguntas sobre muchos temas, pero sólo responde preguntas, no realiza diagnósticos médicos ni es capaz de conducir de manera autónoma, por citar sólo dos casos.
Sin embargo, sobre el papel, la IA cuenta con niveles más avanzados, como la llamada AGI (inteligencia artificial general), teóricamente capaz resolver cualquier tarea intelectual resoluble por un ser humano, una IA multitarea capaz de hacer miles de cosas distintas bien. No hablamos de una mera agregación de IAs débiles, sino de una única IA capaz de acometer todas esas tareas (y de autoentrenarse para seguir aprendiendo).
Sigue sin ser el 'Skynet' de Terminator (falta el detalle de estar dotada de autoconsciencia), pero como concepto impone respeto, que sólo es otra forma de decir que resulta inquietante. Pero ya hay gente diseñando planes para cuando lleguemos a esa fase. Hablamos, por supuesto, de OpenAI, los desarrolladores de DALL-E 2 y ChatGPT, que este fin de semana han publicado un artículo en su web denominado "Planificando para la AGI y más allá".
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