Aston Martin acaba de lanzar una declaración de poderío en forma de hipercoche: el Valkyrie LM. Cuesta 6.5 millones de dólares, aproximadamente 123 millones de pesos, tiene un motor V12 de 687 caballos de fuerza y no puedes conducirlo en la calle. Tampoco puedes estacionarlo en casa. Solo existirán 10 unidades. Y sí, viene con ropa interior ignífuga de regalo porque no es un coche: es una experiencia de carrera completa, hecha para usarse bajo condiciones extremas y con asistencia profesional en cada metro de pista.
Este modelo es una variante no homologada del Valkyrie AMR Pro que ya corre en el Campeonato Mundial de Resistencia. La versión LM está pensada para clientes que quieren sentir lo mismo que un piloto profesional, pero sin competir. No es una réplica ni una edición especial decorativa. Es el coche real, sin lastre de la FIA, con suspensiones de doble horquilla, cambios secuenciales, llantas hechas a la medida por Pirelli y una configuración que lo acerca peligrosamente al rendimiento del Valkyrie que correrá en Le Mans.
A diferencia del AMR Pro, que ya era brutal, el Valkyrie LM recorta 300 caballos para cumplir con las regulaciones de consumo eficiente. Aun así, los 687 caballos de fuerza que entrega el V12 atmosférico Cosworth de 6.5 litros empujan una carrocería ultraligera de fibra de carbono que ha sido ajustada solo para circuito. Lleva lo mínimo indispensable para correr. Ni más, ni menos. Todo lo demás se hace …