En nuestro país solemos quejarnos mucho de la fuga de cerebros, de las pocas oportunidades que se da a los científicos para conservar las patentes de sus inventos, de que la ciencia no se valora adecuadamente, y de que en muchos casos, preferimos importar tecnología de otras partes, en vez de producirla de manera local, hablando muchas veces desde el desconocimiento de las condiciones para la investigación. De acuerdo con el diagnóstico del Programa de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, la Secretaría de Educación Pública advierte que en México son muy pocas las inversiones que se realizan en el campo científico, a pesar de que los recursos que se destinan a este rubro en el presupuesto nacional de egresos tienden a crecer cada año, pero son insuficientes para financiar los proyectos de investigación científica que se proponen desde las universidades de nuestro país. Además nuestro sistema educativo está un poco obsoleto en tanto que no motiva la innovación y no necesariamente está en contacto con las necesidades reales de las empresas, y en consecuencia, muchos son los estudiantes que deben actualizarse por cuenta propia al salir de una licenciatura puesto que los conocimientos adquiridos en las aulas no son válidos fuera de ellas por haberse quedado atrás en la innovación, y esto lo comento desde mi experiencia como docente y exalumna de una universidad. Por si todo esto no fuera suficiente, el aporte de México a la producción mundial de conocimiento, no alcanza el uno por ciento, esto a …