Que el sector de la educación es un negocio es un hecho más que obvio. Las cifras de estudiantes, más de ocho millones cada curso en España, demuestran que es un territorio a explorar. Y, cómo no, en plena reconversión industrial y digitalización las nuevas tecnologías han tocado a la puerta de las aulas. La batalla que se libra desde hace años se ha endurecido en los últimos coincidiendo con el despliegue de internet de alta velocidad y del impulso social que ha visto cómo los dispositivos móviles forman parte de la vida diaria de las personas.
Microsoft, hasta la fecha, había liderado, al menos en grandes mercados como el norteamericano, la penetración de dispositivos electrónicos orientados al mundo educativo, pero con el auge y popularización de los llamados Chromebooks -ordenadores de bajo coste que funcionan en entornos virtuales- han conquistado al alumno, sobre todo en la educación primaria y secundaria. Apple, con sus MacBook (incluso con el iPad Pro), también ha logrado obtener importantes réditos en este sector (gran parte proveniente del alumnado universitario) en donde, de nuevo, Microsoft planta su semilla. Y lo hace por partida doble.
Las últimas novedades del gigante de Redmond lo ponen de manifiesto. Windows 10 S, una versión más accesible, en la nube y limitada que el sistema operativo completo, y el ordenador portátil Surface Laptop confirman ese interés de Microsoft en reforzar su línea de negocio. La nueva-vieja idea es conquistar definitivamente los colegios. Y ese esfuerzo pasa por reducir los …