Nintendo lo vuelve a intentar. Después del bombazo que supuso la primera Switch, que consiguió cambiar la forma en la que jugamos dentro y fuera de casa, la compañía japonesa regresa con una nueva versión de su consola híbrida: la Switch 2 . No es una revolución, pero sí una mejora clara en casi todos los aspectos que ya funcionaban bien en el modelo original. Más pantalla, más potencia, nuevos juegos y una experiencia más fluida que demuestra que Nintendo ha escuchado -al menos en parte- a su comunidad. En ABC hemos pasado las últimas dos semanas poniéndola a prueba con varios de los títulos que llegan de lanzamiento, y ya tenemos una idea bastante clara de lo que ofrece, lo que mejora... y también lo que hemos echado algo en falta. El usuario convencional -ese que no se pasa la vida con las manos pegadas al mando- probablemente notará pocas diferencias entre la Switch 2 y la original. Y tiene sentido: la propuesta de Nintendo sigue siendo prácticamente un calco de la anterior. Se mantiene el concepto híbrido que permite jugar tanto en modo portátil como conectado al televisor, con los mandos separados. La consola, en sí, es una pantalla con los Joy-Con 2 -la nueva versión de los mandos- a los laterales. Una fórmula conocida que ha funcionado muy bien, y Nintendo ha preferido afinarla antes que reinventarla. La pantalla crece hasta las 7,9 pulgadas, un salto considerable que se aprecia en cuanto se coloca la Switch 2 …