El centro en el que se practicaron la terapia, conocida como "vampire facial", no desinfectaba debidamente las agujas empleadas.
“¡Qué triste resulta! ―murmuró Dorian Gray, los ojos todavía fijos en el retrato―. Me haré viejo, horrible, espantoso. Pero este cuadro siempre será joven. Nunca dejará atrás este día de junio… ¡Si fuese al revés! ¡Si y… Seguir leyendo...