He estado probando desde hace un par de semanas un Doogee T3, un nuevo modelo de Android que busca diferenciarse del resto de dos formas: primero, ofreciendo buenas prestaciones al tiempo que mantiene el precio dentro de lo razonable; por otro, con un diseño y algunas características peculiares –por no decir únicas– que le confieren cierta «personalidad» que muchos pueden apreciar.
Llamativo a primera vista
Lo más llamativo del T3 es su tamaño: con una pantalla de 4,7 pulgadas es bastante más grueso (9,3 mm) que otros modelos comparables. Sin embargo, es ligero: su peso (156 gr) se mantiene dentro de lo habitual en móviles similares. Un rápido vistazo explica el porqué de este peculiar aspecto: en el lateral superior tiene una mini-pantalla de leds azules que sirve como reloj pero también como contador de pasos o aviso de llamadas perdidas. Eso sí: aunque tiene el punto de la originalidad, esta segunda pantalla resulta poco visible bajo el sol, aunque en interiores funciona bien.
El otro aspecto llamativo del diseño es algo tan analógico como el material del que está forrado: cuero, de tacto característico, que cubre toda la parte trasera excepto la cámara y también la zona lateral de la base. El resto del móvil tiene un gran look metálico –y un botón inteligente «extra»– haciendo del conjunto un híbrido entre lo vintage y lo steampunk. Incluso el «tema» gráfico elegido para los iconos tiene ese mismo aspecto metálico y añejo – una gran elección. Cuando lo enseñas …