Después de varias entregas con un enfoque desenfadado y para todos los públicos, Codemasters apuesta por una vuelta a los orígenes y a la dificultad endiablada con Dirt Rally. Os contamos qué nos ha parecido.
El estado actual de los videojuegos de conducción es un tanto extraño. Metidos de lleno en la generación de Xbox One y PlayStation 4, con casi tres años a sus espaldas, seguimos sin un referente inamovible en el género. La conducción en mundo abierto tiene esa joya que es Forza Horizon 2, el toque más arcade y el derroche técnico lo aporta Driveclub, Project Cars apuesta por la simulación y Forza Motorsport sigue a lo suyo, ofreciendo calidad y cantidad.
Cada uno, dependiendo de sus preferencias, puede pasarlo terriblemente bien con cualquier de los mencionados pero, cierto es, seguimos sin ese juego de “conducción total” que quizá a día de hoy es algo utópico. Para seguir añadiendo variedad a esa plétina de interesantísimas y diferenciadas propuestas llega Dirt Rally.
Dirt Rally es realmente severo con cada error cometido
Lo hace de la mano de Codemasters, una de las veteranas en esto de ponerse al volante y es que son más de veinte los videojuegos de conducción que han desarrollado durante la última década. Lo primero que leemos, ese ‘Dirt’ nos puede llevar a pensar en Ken Block, las gymkhanas y el pop que encontrábamos en Dirt 1, Dirt 2 y Dirt 3 pero nada más lejos de la realidad.
El estudio británico dejó muy claro, cuando anunció y lanzó el …