Un visitante del Museo Dalí en San Petersburgo, Florida, toca el timbre junto a una pantalla oscura del tamaño de una persona. Aparece una figura oscura, con un traje elegante y un bigote que parece dibujado con un lápiz. Lentamente deja su caballete y se dirige hacia ella hacia la luz. Es, por supuesto, Salvador… Continúa leyendo »