Se llamaba Verrückt, “loco” en alemán. Medía 51 metros, el equivalente a 17 pisos, y había que subir 264 escalones para probarlo. Los que se atrevían a tirarse podían alcanzar los 104 km/h. Era el tobogán acuático más alto del mundo, pero la muerte de un niño ha llevado a su cierre definitivo.Read more...