Las horas extras o el tiempo "crunch", como se le conoce en la industria de los videojuegos, ha ganado mucha atención de los medios últimamente, pues cada vez más y más desarrolladores han alzado la voz sobre condiciones inhumanas de trabajo en diversos estudios. Por lo general, esto llega a suceder durante los últimos meses de desarrollo y en el caso de Death Stranding ya se está empezando a manifestar.