El sueño americano como concepto de país de las oportunidades para personas de todos los extremos del mundo se encuentra en entredicho por el veto de Trump. Sin embargo, qué mejor para mostrar el irrisorio pensamiento del showman de la Casa Blanca que una historia de éxito que comienza en Irán y prosigue a día de hoy en la ciudad de San Francisco.
Empresas como Uber representan la absoluta penetración de nuevos competidores en el mercado, aunque puedan dar más de un quebradero de cabeza a las compañías de taxis. En ese sentido, Dara Khosrowshahi es el punto fresco de este oficio tradicional, no es para menos que se lo hayan traído de Expedia hace unos meses como consejero delegado de Uber, aunque curiosamente gran parte de su familia pertenece al grupo de tecnólogos que habitan en Silicon Valley.
Su historia, aunque entrañable en cierto capítulos, ha tenido momentos muy complicados. A los nueve años, el pequeño Dara tuvo que escapar de Irán junto con su familia cuando la Revolución Islámica alcanzó su apogeo para mudarse a la ciudad neoyorquina de Tarryton, donde vivía su tío. Siete años después, su familia tuvo que lidiar con la desidia del encarcelamiento de su padre, que debido a la enfermedad de su abuelo regresó a Irán para cuidarle y fue encarcelado durante seis años.
Khosrowshahi con 48 años, comenzó su carrera laboral como analista en Allen & Co. después de obtener el Grado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Brown. A principios …