Notasbit

Las mejores noticias de tecnología en un sólo lugar

Publicado por: Hipertextual

Publicado en: 08/11/2015 03:00

Escrito por: César Noragueda

Cultura en llamas


Quemar obras literarias es uno de los actos de intolerancia más claros y habituales de nuestra historia. Conozcamos las ocasiones en que esto ha ocurrido.
Si hay algún indicador incontestable de que una sociedad vive bajo la bota de cualquier tipo de tiranía, es el de un poder establecido que da muestras de su obtusa intolerancia y decide perseguir y eliminar toda expresión de ideas con las que no comulgue y, entre otras cosas espantosas, saquea bibliotecas, amontona los libros en un horror incivilizado y los hace arder hasta que sus palabras no son más que triste ceniza. Esta práctica bárbara tiene su larga e indignante historia, y ahora quiero contárosla en los siguientes párrafos.
Ideas a la hoguera
La censura y el fuego parecen íntimamente relacionados, y eso es lo que nos demuestra la experiencia humana de la intransigencia política o religiosa, exacerbada durante las dictaduras y las guerras. No por nada Ray Bradbury incluyó piras de libros en su célebre novela distópica Fahrenheit 451, titulada así porque es la temperatura a la que arde el Ray Bradbury tituló así a su novela distópica 'Fahrenheit 451' porque es la temperatura a la que arde el papelpapel; ni Cervantes relató cómo quemaron las obras de caballería de Alonso Quijano en el episodio del donoso escrutinio de su novela inmortal por simple invectiva.
Los amantes de los libros lamentamos profundamente que unas tres cuartas partes de los textos de la Grecia Antigua se perdieran a lo largo de centurias, en violentas catástrofes bélicas y culturales, …

Top noticias del 8 de Noviembre de 2015