Que Weibo, la copia china de Twitter, tenga más valor que la original nos dice mucho sobre la ventaja de llegar primero al mercado.
Imagina tener una idea brillante, multimillonaria, con valor añadido insuperable en el mercado, pero que es fácilmente replicable. Es un riesgo implícito a muchos modelos de negocio cuya atracción entre usuarios depende de la exclusividad y ese valor añadido de ser el primero, pero en el mundo de la globalización y de las segundas oportunidades no importa el hecho de que no seas el primero, importa el hecho de hacerlo mejor y venderte mejor. O, al menos, convencer al resto de que eres mejor aunque no seas nada más que uno que ha sabido llegar en el momento de mayor debilidad.
El número de veces en que, en la tecnología, el segundo se ha convertido en el primero se pueden contar con los dedos de varias manos. No es algo nuevo, es algo implícito al modelo de negocio y a lo que engancha a los usuarios a utilizar esa plataforma. Las barreras del pasado, esas que frenaban al consumidor a irse de tu plataforma casi no existen a día de hoy, por lo que es muy fácil que, de pronto, el segundo llegue con una idea con un poco más de fantasía y color y se lleve la tarta a casa. La fidelidad del consumidor, en términos de software, es una utopía que a día de hoy solo se da en la elección de la plataforma móvil. Y …