De pronto, el CERN tiene un nuevo enemigo: una pequeña garduña ha conseguido apagar el sistema durante casi una semana. Por suerte, la instalación no ha sufrido pérdidas irreparables para los investigadores.
Cinco y media de la mañana. Una pequeña garduña, un mamífero carnívoro, pasea en torno a las torres de la red eléctrica del CERN. No es extraño que los animales salvajes se encuentren husmeando alrededor de los mismos. Buscando refugio, el animal comenzó a andar demasiado cerca de uno de los enormes transformadores del complejo del acelerador. De pronto, saltó la alarma. El sistema detectó un apagón y entró en stand-by. Los ingenieros trataron de encontrar y reiniciar el sistema, pero no fue posible. La garduña, sin quererlo, había vencido al acelerador de partículas. Eso sí, a costa de su propia vida.
Una semana de reparaciones en el CERN
Lo que ocurrió, tal y como observaron los operarios después, es que la garduña se había acercado demasiado al transformador. La electricidad sencillamente buscó el camino "más corto" hacia tierra, es decir, la garduña. Así, un arco de miles de voltios, literalmente, fulminó al animal en el acto. Pero, los segundos fueron más que suficientes para provocar un cortocircuito que ha fundido algunas partes fundamentales del sistema eléctrico del CERN. No es la primera vez que pasa, y probablemente no será la última ya que gran parte de la instalación del CERN está en el extrarradio. Por suerte, según informan desde las instalaciones, ningún componente ha sido dañado hasta el punto de …