Un escenario típico en el que se escucha el sonido en casa o en el coche incluye un software para reproducir el contenido, que tiene su regulador de volumen, el controlador general de volumen del sistema y finalmente unos altavoces externos más potentes y de calidad con el que se consigue que aquello suene estupendamente.
Esta configuración puede variar: a veces es un teléfono móvil conectado con un cable o por Bluetooth a los altavoces del coche, a veces un cable que va del ordenador a un preamplificador y de ahí a un amplificador + altavoces u otras ideas similares.
La cuestión que mucha gente se plantea es: ¿qué idea es mejor para controlar el volumen¿ ¿Hacerlo desde el primer dispositivo, desde el sistema o desde el altavoz final? Las opiniones varían según a quién preguntes (IAs incluidas) y no recuerdo haberla visto de forma definitiva y consensuada en ningún sitio. Tampoco he encontrado un porqué, aunque seguro que hay muchos y de todos los pelajes.
Según he visto por ahí hay quien habla de controlar el «porcentaje de volumen» de cada componente individualmente, usando valores como 75-85% para el dispositivo inicial, 100% para el sistema y regular finalmente con el altavoz. Pero por lo general, la mayor parte de las recomendaciones que he visto van en la línea de subir el volumen de todas las fases iniciales al 100% y luego regular finamente con el amplificador/altavoces.
La razón es que de ese modo se mantiene al máximo la potencia …