Las estafas perpetradas usando teléfonos móviles están a la orden del día. Hay todo un catálogo disponible de las mismas (hace poco os hablábamos del 'SIM Swapping'), pero una de ellas lleva mucho tiempo entre nosotros y cada poco tiempo vuelve a saltar a los titulares: hablamos de la estafa 'Wangiri'. Su nombre es un término japonés que significa "llamada y corte"... porque, como quizá ya sepas, esta técnica gira en torno al uso de las llamadas perdidas.
El funcionamiento de la estafa Wangiri
El modus operandi de esta estafa es tan simple como efectivo: los atacantes realiza una llamada a su víctima y cuelga antes de que esta pueda responder. Este acto aparentemente inofensivo tiene un propósito concreto: incitar a la víctima a devolver la llamada. Sin embargo, el número al que se devuelve la llamada suele ser de tarificación especial o estar vinculado a cargos internacionales, lo que resulta en facturas telefónicas considerablemente infladas para la víctima.
Además, según explican expertos en ciberseguridad, muchas de estas llamadas son generadas directamente por 'bots' que prueban números al azar para identificar líneas activas. Si la víctima responde, su número se confirma como operativo, aumentando la posibilidad de recibir futuras llamadas fraudulentas o incluso ser derivado a un operador humano que intentará obtener información personal o financiera bajo falsas pretensiones.
Prefijos habituales y regiones de origen
Las llamadas Wangiri suelen originarse desde prefijos internacionales específicos, muchos de ellos asociados con países como Costa de Marfil (+225), Ghana (+233), Nigeria (+234), Albania …