Ha sido curiosa, muy curiosa, la manera en la que ha tratado el cineasta Ti West la que es ya su mayor obra hasta la fecha, la llamada trilogía X. Una historia de terror contada en tres partes pero donde cada una de ellas puede verse de manera independiente estrenándose primero la que iría en medio cronológicamente, después su precuela y ahora por fin su secuela y final.Y funciona el sistema, igual que lo hacen las cintas por sí solas que, sin ser ninguna maravilla, han sabido entretener y además han contado con algunos de los mejores efectos prácticos y maquillaje que hemos visto en los últimos tiempos, cosas de haber contado con los genios de Weta Workshop, los responsables en este sentido de Hércules, Xena y la también trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson.Pero MaXXXine es más que un cuidado baño de sangre, y de hecho es en la que menos veamos este líquido rojo agranatado, pues el final ha tenido bien centrarse en una historia en la que Mia Goth, quien interpreta a Maxine, la única superviviente de X, es la absoluta protagonista. Y nosotros encantados.La decadencia de HollywoodMaXXXine se ambienta en Los Ángeles en 1985, durante el auge de la industria del video casero y la cultura del cine porno (y snuff) y todo, absolutamente todo, está recreado al más mínimo detalle. La música que suena durante todo el film, donde podemos escuchar temas como Prisoner of Your Eyes de los Judas Priest, …