Si tiene más de 30 años, seguramente recuerde perfectamente cómo era el mundo antes de que las redes sociales comenzasen a transformarlo irremediablemente. A comienzos del siglo XXI, algo antes de la aparición de Facebook, seguíamos empleando las cabinas de teléfono y el correo tradicional para mantener el contacto con familia y amigos. Ahora, gracias a servicios como Instagram, que acaba de cumplir 10 años de existencia, es posible compartir imágenes, vídeos y mensajes con cualquiera. Independientemente del país donde se encuentre y de la hora que sea.
Todo es posible con un «gadget» inteligente en la mano y conexión a internet. «Las redes sociales han supuesto toda una revolución. Permiten al usuario compartir información, aficiones, intereses como creador de contenidos. Incluso abrir vías de negocio. Su uso también ayuda a estar menos solo, especialmente en estos tiempos de pandemia. Aunque, evidentemente, no son un sustituto de compartir tiempo en persona con los demás. Tu vida no puede girar en torno al móvil», explica a ABC Ofelia Tejerina, jurista y presidenta de la asociación española Internautas.
A pesar de los beneficios que ofrece, Tejerina hace hincapié en que la «app» fotográfica propiedad de Facebook, al igual que el resto de redes sociales, debe ser empleada con cuidado. Para sacar provecho de Instagram, y evitar que se convierta en un problema para el usuario, la mayoría de expertos en protección de datos y ciberseguridad recomiendan tomar una serie de precauciones. Y es que no hace falta tener millones de seguidores …