Kevin Mitnick tenía 12 años cuando aprendió a manipular el sistema de autobuses de Los Ángeles. Lo hizo tras convencer a un conductor para que le explicara cómo iban los billetes, información que aprovechó para crear sus propios tickets. A los 16, ya hackeaba sistemas telefónicos, accedía a redes corporativas y se colaba en ordenadores Apple mediante técnicas de phreaking e ingeniería social. Pero lo más temido de Mitnick no era su habilidad con las máquinas. Era su don para manipular a la gente como si fuera un software mal diseñado.
Figuras como Muscle Nerd, GeoHotz o IntelBroker han hecho estragos en el mundo de la ciberseguridad. Pero también han sido cruciales para la misma. Porque, mal que pese, muchas medidas se implementan después, se fabrica el antídoto y se parchea la herida cuando esta ya ha hecho el máximo daño posible. Por eso las grandes empresas gastan miles de millones en ciberseguridad —y subiendo—, para ser preventivas en vez de reactivas.
Apple tiene su propio Apple Information Security (AIS), un equipo dedicado a la seguridad de la información. Incluso están en búsqueda de un ingeniero de aprendizaje automático en seguridad, por cierto, con este mismo fin: predecir, detectar y responder a las amenazas antes de que se produzcan. Y lo que hacía este chico, Kevin Mitnick, era imposible de predecir.
El fugitivo más buscado por Apple... y por el FBI
En Applesfera
Con apenas 22 años hackeó miles …