No hace falta saber mucho de Pokémon para jugar al Pokémon Go (de hecho si probaste Ingress en su día ya tienes parte del camino andado). Basado en las clásicas historias de las pequeñas y poderosas criaturas consiste básicamente en dejar la cueva del MundoReal™ y salir al exterior (¡oh, la luz!) para ir «cazando» a los Pokémon con la app de «realidad aumentada» del teléfono móvil, que hace que se combine la imagen real con la de los muñecos.
Los jugadores son entrenadores y se organizan en grupos en «gimnasios»; una vez capturados con la Poke Ball se pueden poner a luchar a los Pokémon unos con otros – el combate se desarrollará según los poderes de cada uno de ellos. En Pokémon Go se integran las calles reales de las ciudades y las Pokéstops o «paradas» que se corresponden con monumentos y lugares de interés. Lo divertido es que hay que ir en persona a por los Pokémon que se intuyen en el mapa, lo cual da lugar a situaciones de lo más inverosímiles.
La fiebre por Pokémon Go en Estados Unidos está siendo descomunal y desmedida, con hordas de gente recorriendo las ciudades como zombies en busca de los Pokémon que hay en las diferentes calles y edificios. Ya hay hasta un rastro de leyendas urbanas medio-reales medio-no sobre gente atropellada por ir mirando a los Pokémon, otros atracados por cacos que se esconden tras donde están los pokémon o incluso situaciones más estrambóticas. También se …