Quedan tres semanas para que Apple presente al mundo su último gran avance: las Reality Pro. Es un movimiento arriesgado. Para algunos puede que demasiado, pero Apple lo está controlando a la perfección. La empresa está siendo capaz de generar una especie de aura cuasi mística que muy pocas compañías son capaces de lograr.
Los de Cupertino, a la hora de hablar de nuevos productos, son un búnker. El hermetismo rige, por lo menos de forma oficial, la comunicación de la empresa. Eso que los entendidos llaman PR. En Apple nada saben de ningún casco de realidad mixta. “No sé de qué me hablas”, decía Craig Federighi a una pregunta de una periodista hace un año. Nadie sabe nada, de absolutamente nada. Es gracioso. ¿O puede que sí que sepan?
Lo sabemos todo, y en el fondo no sabemos nada
Si hay algo de eso que se llama PR en lo que Apple destaca es el marketing. Son el ejemplo a seguir en todas las universidades del mundo. No hay una sola facultad de comunicación en la que no se haya proyectado uno de sus anuncios, un manual en el que no se hable de uno de sus lanzamientos, ni una presentación de PowerPoint en la que no se mencione su nombre.
Sin embargo, el marketing no es sólo eso. De hecho, esa es la parte menos importante. Lo verdaderamente crucial es lo que pasa de puertas para dentro. La gran baza …