Nada más efectivo que hacer de nosotros mismos nuestros propios vigilantes.
Un estudio reciente publicado por la Universidad de Oxford confirma lo que ya sabíamos: la sola existencia de la vigilancia masiva genera miedo en la sociedad y asfixia la libertad de expresión. El denominado "efecto paralizante" ("chilling effect"), es decir, la inhibición en el ejercicio legítimo de un derecho por la amenaza de una sanción legal, ha sido estudiado anteriormente con relación a la vigilancia masiva: un estudio de 2007 por Dawinder Sidhu había observado y analizado cambios en el comportamiento en línea de usuarios americanos musulmanes luego de los ataques del 11 de septiembre, por temor a ser objeto de acciones retaliativas, como cambios en su estatus migratorio, o verse incluidos en la lista de prohibición de volar.
El estudio de Jon Penney en Oxford continúa con esta línea: luego de las revelaciones de Snowden en 2013, hubo un declive del 20% en las visitas a las páginas de artículos de Wikipedia relacionados con el terrorismo, incluyendo aquellos que mencionaban a "al Qaeda" o "Talibán", lo que según el investigador sugiere un efecto paralizante resultante de las revelaciones relacionadas con el programa PRISM, que arroja una luz importante en torno a cómo debemos entender este efecto y las consecuencias que abarca. De acuerdo con estos resultados, las revelaciones habrían afectado la manera en la que las personas interactúan con otros eventos significativos (como la guerra), y por ende, el estado de la libertad de expresión en general y el diálogo …