Es la pescadilla que se muerde la cola. La espiral que nunca termina. Mientras Facebook cortaba el grifo a Brenton Tarrant, autor de la masacre en la mezquita de Christchurch en Nueva Zelanda, miles de usuarios subieron la secuencia de la tragedia. La red social, en el punto de mira después de la transmisión en directo, ha asegurado que se intentó publicar el vídeo en más de 1,5 millones de veces en sus primeras 24 horas. Un hecho que ha derivado en la detención de un joven de 18 años en el país por compartir las secuencias de la masacre e incitar al odio, según el diario local «New Zealand Herald». Además, el joven, cuya identidad no ha trascendido, publicó una foto de una de las mezquitas acompañada de la frase «objetivo cumplido».
El presunto autor de la masacre realizó una retransmisión de sus actos durante 17 largos minutos
. Un tiempo más que prolongado en el que los usuarios pudieron ver en directo cómo se mataban a unas 50 personas a sangre fría, entre ellos, niños. Y no solo eso; hubo quien, por diversos motivos, capturó el vídeo y lo intentó publicar en sus propios perfiles. En cuestión de minutos, la masacre había dado la vuelta al mundo, diseminándose en numerosas plataformas como YouTube, Twitter o Reddit que intentaron constantemente borrar el rastro del tiroteo.Este episodio ha vuelto a resaltar las dificultades en la moderación del contenido «streaming», donde un video aparentemente inocuo puede volverse violento rápidamente bajo …