La nicotina es la razón principal de la adicción al tabaco. Esta sustancia penetra en nuestro cerebro y actúa sobre el denominado "sistema de recompensa" ya que imita a uno de los neurotransmisores más importantes del sistema nervioso. Tras cierto tiempo necesitamos más nicotina para poder estimular el sistema de recompensa, que cada vez se vuelve más insensible. Cuando no hay nicotina en el cuerpo, el sistema está menos activo y se segregan menos hormonas de "recompensa", grosso modo. Por tanto, se genera una sensación de frustración, necesidad y estrés. Hemos llegado al síndrome de abstinencia.
¿Cómo ayudan los cigarrillos electrónicos?
Para poder romper con dicha dependencia se necesita tiempo. Tiempo porque nuestro cuerpo ha de volver a adaptarse a los niveles normales de neurotransmisores. Y ese proceso es desagradable y poco llevadero. Por eso existen las terapias de sustitución de nicotina. Estas terapias reemplazan los cigarrillos por otros productos que en primer lugar reducen la cantidad de nicotina; y en segundo, eliminan casi todas las sustancias tóxicas procedentes del acto de fumar.Actualmente, la OMS indica que los cigarrillos electrónicos no se cuentan oficialmente entre dichas terapias; aunque tampoco "descarta la posibilidad de que el cigarrillo electrónico sea útil para ayudar a dejar de fumar". Vapear, tal y como se conoce coloquialmente a la acción de fumar cigarrillos electrónicos, no es igual que fumar tabaco. Sí, se inhala una mezcla. Pero dicha mezcla contiene glicerol, propilenglicol, nicotina y algunos saborizantes. No se produce combustión y, por tanto, se eliminan las …