Cuando el gobierno de Ontario, Canadá, decidió ampliar la Highway 401 para incluir hasta 18 carriles en algunos tramos, esperaba resolver los problemas de tráfico en la región.

Esta autopista, que conecta Windsor con la región cercana a Montreal y atraviesa Toronto, es la más transitada de Norteamérica, con secciones que casi superan el medio millón de vehículos diarios. A pesar de ser una de las infraestructuras viales más ambiciosas del mundo, el tráfico aún es un problema crítico.

El proyecto, impulsado por el primer ministro de Ontario, Doug Ford, buscaba convertir la Highway 401 en una solución definitiva al caos vial. Sin embargo, los resultados han sido cuestionados. Aunque se realizaron ampliaciones y se aumentaron los límites de velocidad en algunos tramos, los embotellamientos no han disminuido.

Ford ha propuesto la construcción de un túnel subterráneo como complemento, pero las dudas sobre su viabilidad económica y técnica han generado escepticismo. El caso de "El Gran Túnel" de Boston, que tardó 25 años en completarse con sobrecostos millonarios, sirve como advertencia.

¿Por qué, entonces, una autopista tan grande sigue siendo insuficiente? El tráfico en la Highway 401 es un reflejo del crecimiento urbano descontrolado y la dependencia excesiva del automóvil. Ampliar carriles no necesariamente reduce la congestión, ya que más espacio incentiva el uso de vehículos. Esto, combinado con el aumento poblacional en Ontario, agrava el problema.

Más espacio en las carreteras incentiva el uso de …