Allá por 2016 Delta Airlines firmó la compra de 125 aviones C Series de Bombardier, algo que le pareció fatal a Boeing. Boeing presionó y la administración Trump terminó por anunciar que le aplicaría unos aranceles de casi el 300% a estos aviones, que en principio iban a ser construidos en Canadá.
Bombardier, aparte de recurrir la decisión, terminó por vender el 50,01% del programa C Series a Airbus, el archienemigo de Boeing, con la idea de que los C Series con destino a aerolíneas estadounidenses pudieran ser ensamblados en la planta que Airbus tiene en Alabama. Esto les permitiría evitarse estos aranceles que iban a triplicar el precio de cada avión.
Y la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos acaba de fallar unánimemente en contra de Boeing, así que en principio no se podrán aplicar esos aranceles a los C Series, vengan de donde vengan. A Boeing le bastaba con un empate para ganar, mientras que Bombardier necesitaba tres de los cuatro votos, aunque los cuatro miembros de la comisión votaron a su favor, diciendo que no ven que Boeing haya sido ni vaya a ser perjudicada por la importación de los C Series.
La decisión de la USTIC puede ser apelada por Boeing en el Tribunal de Comercio Internacional de los Estados Unidos o por la administración Trump en la Organización Mundial del Comercio, pero por ahora Delta está encantada con la noticia. Aunque a quien le debe estar haciendo más risas todo esto es a …