*Por Sebastián Ojeda, CEO de Beetrack
Durante los últimos años, el Blockchain se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas de la industria 4.0 y una gran apuesta global para el desarrollo de la economía digital. Gracias a extensas investigaciones, esta ingeniería se encuentra hoy en un punto de inflexión, transitando desde la simple exploración de su potencial, vinculado desde sus orígenes a soluciones financieras, hacia la construcción de múltiples aplicaciones prácticas y nuevas oportunidades de negocio.
Así lo demostró una encuesta realizada recientemente por la consultora Deloitte que abordó esta temática, entrevistando a ejecutivos provenientes de siete países, relacionados a los sectores financieros, salud, medios, tecnología y telecomunicaciones. Los resultados fueron claros: un 74% declaró que su empresa ve un “caso de negocio convincente” para el uso de esta tecnología. Un 34%, ya tiene un sistema Blockchain en producción, mientras que otro 41% espera implementar una aplicación en los próximos 12 meses.
Ante este escenario, resulta fundamental entender qué es el Blockchain. En términos simples, esta tecnología consiste en un sistema digital de almacenamiento de información, que tiene la particularidad de no ser hackeable, ya que tiene la capacidad de protegerse en base a su propia arquitectura interna. Se trata de una “cadena de bloques” en que cada uno está compuesto por tres elementos: 1) la información que se pretende almacenar (en el caso de Bitcoin, por ejemplo, información relativa a las transferencias de dinero); 2) un hash o número de identificación del bloque (único e irrepetible); y 3) …