La ingeniería genética, la biotecnología y la microbiología industrial tienen el potencial de mejorar la vida de las personas en las siguientes décadas, pero es un camino que no está exento de riesgos porque siempre es posible la aparición de un súper virus o una mayor brecha entre la población.
Para Raymond McCauley, director de Biología Digital en Singularity University, una forma de prepararse para los peores escenarios y “salvar al mundo” es impulsar los espacios de biohacking, donde los interesados en estas ramas se reúnen, arman proyectos, aprenden más cosas y, en sí, crean una fuerte comunidad.
“¿Qué hacemos cuando tenemos acceso a la tecnología más aterradora que el humano ha probablemente creado? Existe Esa idea de que podemos usarla para crear súper virus o afectar el suministro de alimento o algo horrible como lo que se ve en las películas. Mi respuesta es que si quieres salvar al mundo de esa tecnología, tienes que ponerla en las manos de los niños lo más pronto posible, tener a toda una generación que sepan que la biología es más que diseccionar a una rana”, explicó al participar en KIO Kloud Camp 2017.Es por esto que participó en la creación de una asociación sin fines de lucro llamada BioCurious, el primer espacio para hackers de biotecnología en el que se ofrecen cursos, capacitación y acceso a herramientas tecnológicas por una membresía mensual.
McCauley comentó que este espacio ha dado como resultado proyectos como OPEN PCR, que procesa y copia el ADN, o empresas …