Cuando id Software lanzó el original DOOM en 1993, el panorama de los videojuegos cambió para siempre.
Si bien id Software ya había sentado las bases del first person shooter moderno en 1992 con Wolfenstein 3D, fue con DOOM -un juego que pone a los usuarios en los zapatos de un marine espacial que combate a fuerzas demoníacas en las lunes de Marte y en el infierno- que realmente pulió el modelo.
No es gratuito que DOOM sea considerado uno de los videojuegos más influyentes de toda la historia. Prácticamente es el blueprint de todo un género.

Tras el éxito del juego, id lanzó una secuela en 1994, DOOM II, que aunque llevó el concepto del infierno a la Tierra, en sustancia siguió siendo la misma propuesta.
Tras una serie de expansiones, un nuevo DOOM llegó en 1997 en la forma de DOOM 64, título exclusivo de Nintendo 64 que, aun cuando no fue desarrollado por id (esa labor recayó en Midway), conservó la esencia de la franquicia y la llevó hacia un terreno que coqueteó con el horror.
Después de DOOM 64, la saga permaneció inactiva hasta la siguiente década y en 2004 id lanzó DOOM 3, un replanteamiento del primer DOOM, ahora desde un ángulo de horror y acción que en lugar de lucir olas de enemigos en pantalla, puso énfasis en la atmósfera y en asustar a los jugadores.
A DOOM 3 le correspondió una expansión y después la saga otra vez cayó en el limbo.
Fue hasta 2016 que regresó con un …