Los arcoíris pueden ser mucho más: circulares, blancos, irregulares, aparecer durante la noche... Y todo gracias a las "caprichosas" leyes de la física que gobiernan la luz.
Todos hemos visto alguna vez un arcoíris. Pero menos son los que entienden qué existe detrás de estos increíbles fenómenos. Aunque muy sencillos de apreciar, los detalles que influyen en su apariencia y manifestación son muchos y complejos. Por ejemplo, ¿qué ocurre para que un arcoíris deje de ser un arco y se convierta en algo más? ¿Cuántos tipos de arcoíris existen? ¿Qué es una "gloria"? Hoy vamos a desvelar un poco más sobre ellos.
¿Cómo funciona un arcoíris?
En realidad, un arcoíris no es un objeto que se sitúa en un lugar, sino una ilusión óptica. Esto supone que aunque dos personas estén viendo un arcoíris, en realidad estarán viendo dos arcoíris distintos. Cuando llueve, los rayos de luz (provenientes del sol) atraviesan las gotas de agua. Parte de la luz atraviesa las y sigue su camino. Otros rayos rebotan hasta tres veces en su interior y se "reflejan". En ese proceso, parte de la luz compuesta por muchas ondas se "enlentece". Cada onda viaja, entonces, a distinta velocidad de manera que al salir de la gota se ha descompuesto, al igual que lo hace en un prisma. Es lo que conocemos como dispersión de la luz. Así, la luz blanca se aprecia en los siete colores que forman un arcoíris, lo que demuestra que en realidad es una "mezcla" de longitudes de onda de …