El mes pasado, tres bancos australianos acusaron a Apple ante las autoridades anti-monopolio del país. Commonwealth Bank of Australia, National Australia Bank y el Westpac Banking Corp fueron los responsables de realizar la acusación. Su objetivo era obtener acceso al chip NFC de los iPhone 6 en adelante para utilizarlo en sus propias soluciones de banca móvil.Como sabemos, Apple Pay fue lanzado en Australia el pasado mes de noviembre. Desde entonces, ha experimentado un progreso muy lento ya que los principales bancos se han negado a adoptar este sistema. Las entidades financieras quieren que sus propios clientes utilicen los sistemas de pagos móviles que en los que han invertido y desarrollado. Para ello, ven importante la incorporación del chip NFC del iPhone a sus propias apps.
La negativa de Apple: un riesgo de seguridad
Las entidades australianas acusaron a Apple de restringir de manera artificial las opciones en los medios de pago móviles. El resto de plataformas móviles que incorporan esta tecnología ofrecen la posibilidad de utilizarla por parte de terceros sin ningún tipo de supervisión. Cosa que Apple ha utilizado en su defensa.
Apple ha enviado su respuesta a la comisión australiana de la competencia, en la que argumenta lo siguiente:
Apple mantiene medidas de seguridad muy altas para sus clientes cuando utilizan dispositivos Apple para realizar pagos. Proporcionar acceso simple a la antena NFC a las apps de los bancos disminuiría de manera fundamental ese alto nivel de seguridad que Apple busca mantener en sus dispositivos.
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