Durante los últimos días, Apple ha estado mandando a los desarrolladores una encuesta en la que les pregunta si atenderían presencialmente una WWDC 2022. Con lo peor de la pandemia ya en el pasado (al menos si hacemos media mundial) y el margen de un año para organizarlo bien, algo muy malo tiene que ocurrir para que la WWDC22 tenga que seguir celerándose completamente a distancia.
La misma existencia de esta encuesta ya hace que sospechemos: puede que el COVID-19 haya despertado algunos cambios en el evento que se conviertan en permanentes. Esos cambios, que han acabado con muchos de los inconvenientes que había en el formato presencial de la WWDC, deben haber provocado ciertas reflexiones en Apple.
Lo mejor de cada tipo de evento, ¿unido?
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Todos los desarrolladores de Apple con proyectos en marcha recuerdan la odisea que suponía querer ir al WWDC. La demanda era tal para tener un hueco que Apple hacía un sorteo de entradas entre todos los aspirantes a viajar a San José. De este modo se evitaba que un alud de programadores colapsara los servidores comprando sus entradas y que se disciminara por horario a los que no podían reservar un pase en cuanto se activaba la venta.
Si te tocaba una plaza, entonces recibías el premio de poder pagar los 1.600 dólares que costaba la entrada …