A la hora de firmar un contrato de alquiler, lo más normal es que en el mismo se prohíba el arrendamiento del mismo a terceras personas a través de una cláusula. Pero la picaresca humana puede provocar que por la mente de alguna persona se le ocurra precisamente alquilarlo a terceras personas para sacarle un dinero extra a la propiedad tras compensar el alquiler que está pagando.
Esto que parece algo realmente complicado le ha ocurrido a Fiona Wyllie, una señora que compró un apartamento en Isle of Dogs (Londres) en 2004 por 470.000 libras. Pero tras jubilarse y abandonar Londres decidió alquilarlo por más o menos 2.500 euros al mes. El problema llegó cuando descubrió que este piso se estaba ofertando en Airbnb.
Un piso que se volvió a alquiler en Airbnb como forma de negocio
Y es que al no residir en Londres, esta señora únicamente veía como le iba llegando a su cuenta el dinero del alquiler cada mes. Pero para nada iba a sospechar que sus inquilinos estaban alquilándolo nuevamente para generar más dinero aún. Y parece ser que la estafa les estaba permitiendo pagar el alquiler cada mes a la propietaria y además sacar un dinero extra.
La propietaria se dio cuenta de este engaño gracias a la llamada de una vecina que estaba realmente molesta por la entrada y salida continua de gente diferente del apartamento. Obviamente en ese momento a la señora Wyllie se le encendieron todas …