Laurie Hérault es un desarrollador y consultor de 39 años que empezó su carrera cuando tenía 21 años. Desde entonces está luchando contra la procastrinación, que califica como su gran lucha vital. Hérault relaciona sus problemas con algo a tener en cuenta: sufre de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Según cuenta, la procastrinación crónica le ha llevado a pasarlo muy mal: a la bancarrota y a quemarse, por vivir del estrés en vez de con planificación y orden. Sin embargo, hay algo en lo que descubrió que puede pasar horas sin perder la concentración: los videojuegos. Así que se ha basado en ellos y en una impresora para ponerle solución a sus problemas que acarrea desde siempre.
Llevar los incentivos de los videojuegos a la vida real
Hérault cree que lo que le lleva a estar concentrado mientras juega a videojuegos es su sistema de bucles: una acción simple como apuntar o disparar, que viene seguida de una retroalimentación: el sonido del disparo, la derrota del enemigo. Lo que hacen los videojuegos es repetir esquemas similares hasta la saciedad, así que quiso replicar este bucle a las tareas de la vida real, donde completar tareas siguiendo hábitos diarios.
Para empezar, se dispuso a descomponer tareas grandes, como limpiar la casa, en microtareas, acciones que le llevan de 2 a 5 minutos, como sacar la basura o hacer la cama. Cada tarea se escribe en un post-it, por lo que hay retroalimentación positiva al acabarla.
Un …