Desde el lanzamiento de Windows 11, una de las críticas más recurrentes ha sido su aparente mayor lentitud respecto a versiones anteriores. Muchos usuarios coinciden en que Windows 10 ofrecía una experiencia más fluida, y no parece tratarse solo de una cuestión subjetiva o estética. Un reciente análisis en vídeo ha profundizado en este asunto, proporcionando una explicación técnica más allá de las animaciones del sistema.
El vídeo arranca mostrando la lentitud de tareas simples, como abrir el menú contextual en el Administrador de tareas, algo que se percibe como torpe incluso en equipos modernos. Si bien es posible desactivar las animaciones del sistema, esta no es una solución definitiva ni resuelve el problema en todos los casos.
XML y XAML como 'responsables' de tener una baja fluidez
La investigación apunta directamente a dos tecnologías específicas: las XML Islands y el Lenguaje de Marcado de Aplicaciones Extensibles (XAML). Ambas fueron introducidas por Microsoft para facilitar la creación de interfaces modernas dentro de la Plataforma Universal de Windows (UWP) y en aplicaciones Win32.
Por un lado, XAML —un lenguaje basado en XML— permite separar la lógica de la aplicación del diseño de la interfaz, lo que agiliza el desarrollo. Las XML Islands, por su parte, permiten insertar componentes XAML dentro de aplicaciones clásicas, pero el precio a pagar es una mayor complejidad en el renderizado y, en consecuencia, una menor fluidez en tareas sencillas.
En teoría, una de las soluciones debería ser la aceleración por …