Impresión artística de Peregrine en la Luna, a dónde ya nunca llegará – Astrobotics

En el momento de publicar esta anotación al aterrizador lunar Peregrine de Astrobotics le quedan unas veinticuatro horas de vida. Esto es debido a que a las pocas horas de que fuera puesto en camino hacia la Luna desarrolló una fuga de propelentes que, por un lado, obliga a sus motores de control de actitud a trabajar más de lo previsto, con lo que está por ver si duran tanto. Y, por otro, hará que se terminen dentro de las veinticuatro horas citadas, minuto arriba, minuto abajo. Y cuando Peregrine deje de poder maniobrar dejará de poder apuntar su panel solar hacia el Sol, con lo que se descargarán las baterías y será el fin de la misión.

La teoría con la que trabaja ahora mismo Astrobotics como origen del fallo es que una válvula que inyecta helio en el depósito de oxidante para presurizarlo no se cerró correctamente. Esto hizo que la presión en el depósito aumentara más allá de sus límites, llevándolo a reventar y de ahí la fuga.

Todo esto quiere decir que, por supuesto, nunca llegará a la Luna, en cuya superficie tenía que haberse posado el próximo 23 de febrero. Y, por ende, que ninguna de sus cargas útiles llegará a su destino. Estas son los rovers Colmena de la Agencia Espacial Mexicana e Iris de la Universidad Carnegie Mellon; siete instrumentos de la NASA y otro del Centro Aeroespacial Alemán; …